Control nº1: Fundamentos ético-filosófico del pensar reflexivo
Integrantes: María Jesús Alvarado, Vicente Jil Fernández, Valentina Rojas, Lucas Davagnino, Ignacia Quitral, Bernardita Draper, Consuelo Valenzuela, Renato Castro.
Fecha: 4 de abril 2023.
Profesora: Isabel Briceño Lizana.
NCR: 7764.
Selección de situación contingente nacional, hecho o fenómeno que llame su atención y descríbala brevemente.
La contingencia que escogimos, con el fin de analizar su carga moral y ética, es una situación que se vivió en plena pandemia el año 2020 y que involucró a un médico y tres funcionarios de carabineros en un establecimiento de salud pública, específicamente, el Hospital San José de Melipilla. En esta situación, el médico tratante Ruben Ibarra se negó a atender a los funcionarios del estado, quienes consultaron por síntomas de COVID-19, señalando que "no atiende pacos". Incluso les habría anotado un número de teléfono, esto para que su superior lo llamara y así indicarle que no llegasen más a atenderse al recinto hospitalario.
El conflicto ético se basa en que el médico tratante no quiso atender al funcionario del Estado, debido a que interpuso su pensamiento antes que el estado y la necesidad que presentaba el paciente al momento de ocurrir el incidente. Este actuar se opone, profundamente a la mayoria de los valores que debería poseer un médico, tales como la empatía, la entrega, la no discriminación y la no malefíciencia.
Es importante destacar que en Chile, negar la atención médica es ilegal y puede conllevar a una condena monetaria elevada, existen antecedentes sobre 5 millones de pesos y aún más importante es que puede repercutir negativamente tanto en el paciente, como en la institución en que se llevó a cabo la acción e incluso en parte del sistema de salud.
Por lo tanto, esto se puede observar como una violación a la ética médica y los derechos humanos. Un profesional de la salud debe cumplir con la obligación ética y legal de brindar atención médica independiente de sus condiciones, raza, credo, orientación sexual, género, entre otros, y en caso de que presentase alguna objeción de conciencia, se verá obligado entonces a derivar con otro profesional, pero jamás privar la atención.
Los pacientes a los cuales se les niega la atención médica pueden llegar a tener un daño psicológico importante, que puede repercutir en el deterioro de confianza en el sistema y en la relación con los médicos y el personal de la salud.
2. Identificar conflicto ético y valores involucrados:
El conflicto ético del caso se basa en que el médico tratante se negó a atender a los funcionarios del Estado, ya que interpuso su pensamiento antes de la necesidad de los pacientes y de la institución en general. En este sentido, los valores involucrados son: la igualdad, que el médico no hizo valer debido a que veía al uniformado como alguien que para él no era digno de su ayuda; otro valor ignorado fue la empatía y servicio, que deberían siempre ser los valores de cabecera en el ámbito médico; la tolerancia y el respeto, ya que independiente de que el paciente tenga una ideología diferente a la del médico, siempre se debe respetar su postura y pensamiento (y viceversa), y eso jamás debe ser un impedimento para su atención.
3. Inferir principios vulnerados
En esta situación, en la que un médico se niega a atender a funcionarios de carabineros por priorizar un pensamiento y juicio personal antes que su deber profesional, se puede apreciar que una serie de principios que están siendo vulnerados por el médico tratante. En primer lugar, uno de los principios infringidos es negar derecho civil a la salud y no proveer los servicios como profesional en salud para mejorar o mantener la calidad de vida de un paciente. Por otra parte, en esta situación se puede apreciar cómo se niega el respeto a la otra persona, ya que no se respeta la integridad, autonomía y dignidad del paciente, solo por el hecho de desarrollar una profesión de la que el médico no se encuentra a favor por motivos personales. También, se infringe el principio de beneficencia, esto porque la opinión médica se opone al deber profesional de hacer todo lo posible para promover el bienestar y la salud del paciente. Por último, se puede apreciar como el médico tratante vulnera el principio de no maleficencia, norma que hace referencia a la obligación del personal de salud para no infringir daño intencionalmente al paciente, esto debido a que el médico al no querer atender al paciente le está causando más daño impidiendo su pronta recuperación.
4. Establecer un juicio ético/moral fundamentado
En primer lugar, negarle la atención en salud a cualquier persona, sería poco ético, y sería considerado una violación a los derechos humanos, porque como indicamos con anterioridad, toda persona posee el derecho a ser atendida con dignidad y respeto. La policía, como institución está constituida por personas sintientes, con dolencias, y que también (como todos) están expuestos a enfermedades. Por lo tanto, negarles la atención básica en salud, solo por su profesión, implicando un juicio de valor personal, es discriminatorio e injusto.
Por otra parte, es lamentable el actuar de Ruben Ibarra pues, como profesional de la salud, debe tener la capacidad de trabajar bajo cualquier circunstancia y usando todos los medios que tenga a su disposición para mejorar la salud de los que acuden por atención médica, sin importar los ideales personales que tenga, por lo que en ningún caso debe primar la opinión personal por sobre su principal labor. Un buen médico atiende a quien lo necesite y no a quien le plazca. El principal objetivo debe ser el de buscar el bienestar para los enfermos, y el de no repartirlo con quien le parezca justo según su punto de vista.
Es importante destacar, que los médicos al recibirse como tales, deben jurar bajo los juramentos hipocráticos, en la base de este se estipula: « No llevar otro propósito que el bien y la salud a los enfermos ». Se especifican 3 principios hipocráticos: el de beneficencia, no maleficencia y la regla de la confidencialidad. En relación a esto, el actuar de un médico que niega tratamiento, arbitrariamente, estaría violando, como expusimos anteriormente, el principio de la beneficencia y el de no maleficencia.
Un médico debería ser capaz de brindar atención en salud a todos los pacientes de manera justa e imparcial, sin importar su origen, raza, religión, género, orientación sexual o ideología política.