Solemne II Ética: Análisis de un caso clínico aplicando el método deliberativo

Análisis y resumen del caso

Se presenta una carta al Comité de Ética Asistencial por parte del Sr Antonio Ramírez (85 años) que remite una solicitud ante su caso clínico personal. Refiere cursar un cuadro de cáncer a la cuerda vocal izquierda diagnosticado el año 2016, el que en un principio fue remitido con radioterapia pero ha vuelto a aparecer en un estado más agresivo. El médico oncólogo, le plantea una cirugía invasiva como tratamiento, lo que el paciente rechaza, considerando que su calidad de vida se vería afectada.

Sin embargo, un año más tarde, la evolución del cáncer ha afectado su calidad de vida, en niveles que lo han llevado a considerar solicitar muerte asistida. Estas afectaciones se ven reflejadas en sufrimiento físico y psicológico, debido a la abolición de su autonomía.

En complemento, el paciente presenta un certificado de su geriatra que lo declara inalterado cognitivamente y capaz de tomar sus propias decisiones. Además presenta el certificado de su otorrino en el momento en que se propuso la cirugía como método de tratamiento eficaz.


1. ¿Qué preguntas - en relación a los antecedentes e historia clínica - necesitan aclarar? ¿Qué información no expuesta se requiere conocer?


Dentro de las preguntas que se podrían aclarar en relación a los antecedentes e historia clínica, y sobre la información no expuesta, son:


  • ¿Cuál fue el tratamiento inicial con radioterapia? ¿Cuál fue la evolución del cáncer de cuerda vocal izquierda después del tratamiento inicial con radioterapia? ¿Hubo remisión completa en algún momento?

  • ¿Se realizaron tratamientos adicionales después de la recidiva del cáncer en febrero de 2021? Si es así, ¿cuáles fueron y cuál fue su efectividad?

  • ¿Se han considerado otras opciones de tratamiento, además de la cirugía radical, como terapias o cuidados paliativos?

  • ¿Se ha proporcionado información completa y comprensible al paciente sobre las diferentes opciones de tratamiento, incluyendo los riesgos y beneficios?

  • ¿Se ha realizado una evaluación exhaustiva de los síntomas físicos y el dolor experimentado por el paciente?

  • ¿Cuál es la expectativa de vida estimada en el caso de no acceder a medidas que aceleren la muerte?

  • ¿Se ha explorado la posibilidad de brindar apoyo adicional, como atención psicológica o asesoramiento espiritual, para ayudar al paciente a lidiar con su sufrimiento físico y emocional?


Además, sería relevante conocer detalles sobre la opinión del equipo médico en cuanto a la posibilidad de controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente, así como la disponibilidad de cuidados paliativos especializados para abordar su sufrimiento físico y emocional


2. ¿Cuál es el problema bioético que se presenta ante el CEA?


El problema bioético que se presenta ante el Comité de Ética Asistencial (CEA) es la solicitud de medidas que aceleren la muerte sin sufrimiento por parte del paciente. Antonio Ramirez expresa profundamente que su enfermedad ha progresado a un estado que no tiene solución, y que por esta misma razón, su calidad de vida ha ido empeorando, afectando así su salud física y mental, por lo que busca una opción para poder poner fin a su sufrimiento. Según esta solicitud, debemos plantearnos el debate ético sobre la dignidad humana. La dignidad humana es un valor y un derecho innato, inviolable e intangible de la persona, es un derecho fundamental y es el valor inherente al ser humano, y se asienta en los principios de los valores de autonomía, de seguridad, de igualdad y de libertad.


3. ¿Cuáles son los principios/valores que están en conflicto? Argumenten.


Los valores/principios bioéticos que están en conflicto en el caso clínico son: la no maleficencia, ya que los médicos no deben causar daño a los pacientes y evitar el sufrimiento innecesario. Sin embargo, con las intervenciones médicas, el paciente ha disminuido su calidad de vida y presenta un gran sufrimiento físico y mental. Por otro lado, se pierde la autonomía del paciente en el momento en que no es él quién decide finalmente si se le aplicaran medidas que aceleren su muerte, sino que el presidente del comité de ética debe evaluar la situación junto con su equipo y aceptar o no la solicitud.


Ahora, según el contexto de la solicitud del paciente Antonio Ramírez, debemos plantearnos el debate ético sobre la dignidad humana. La dignidad humana es un valor y un derecho innato, inviolable e intangible de la persona, es un derecho fundamental y es el valor inherente al ser humano, y esto se justifica, porque el ser humano es un ser racional que posee libertad y es capaz de crear cosas. "Dignidad", proveniente del latín dignitas, cuya raíz es dignus, que significa "excelencia", "grandeza". La dignidad humana se construye y se asienta en los principios de los valores de autonomía, de seguridad, de igualdad y de libertad.


En relación a la solicitud del paciente de eutanasia, existen dos aristas que dominan la idea de dignidad. En primer lugar, tenemos las actitudes pro-vida, que proclaman, profundamente, una dignidad intangible de toda la vida humana, incluso en el proceso de su muerte. En esta misma línea, según esta concepción todas las vidas humanas, en su duración, desde el nacimiento hasta la muerte natural, están dotadas de una dignidad intrínseca. Esta dignidad es inherente al ser humano, y otorga sacralidad inadmisible todos los momentos de la vida del hombre, por lo que según esta concepción la eutanasia, atenta contra la dignidad humana. Contrariamente, a lo anteriormente expuesto, las actitudes pro-eutanasia, se inclinan más hacia designar la dignidad conjunto a la calidad de vida de la persona. Se afirma que la vida humana está dotada de dignidad, y que esta dignidad es inherente a todos los seres humanos, pero que puede verse coartada por el transcurso del tiempo, hasta el punto de extinguirse y desaparecer. Se defiende que la dignidad consiste en la calidad de vida, y que cuando ésta decae por debajo de un nivel aceptable, la vida pierde su dignidad. Sin dignidad la vida del hombre, pierde su humanidad, y se hace dispensable. Se defiende la concepción que frente a condiciones deplorables de vida, que restan de dignidad al ser que las vive, la vida carece de su verdad humana. Sin embargo, ambas posturas coinciden en un punto, que los tratamientos paliativos terapéuticos, son un grave atentado contra la dignidad de aquel paciente moribundo, que frente a tales condiciones y sin compromiso de conciencia, decide plantearse la eutanasia.


Por ende, el conflicto ético se da entre estas dos actitudes frente al concepto de dignidad. El contexto pro-vida recibe apoyo, fundamentalmente, de la tradición religiosa y de la cultura de los derechos humanos. Según la Recomendación de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa sobre los derechos de los enfermos y los moribundos, refuerza su postura sobre la protección de los derechos humanos y la dignidad de los enfermos terminales, reiterando su absoluta prohibición de la eutanasia activa y afirma que: "el deseo de morir de los pacientes terminales o los moribundos no constituye ningún derecho legal a morir a manos de otra persona". Esto se asienta en el concepto de la relación proporcional y directa entre la debilidad y dignidad. Esta concepción defiende que a mayor debilidad en un paciente, mayor respecto debe tener por el médico por el.

Ahora, en el contexto de pro-eutanasia, el derecho a una muerte digna consiste en a aceptación que la dignidad humana se ve altamente coartada, incluso destruido a abolida, por el sufrimiento, la debilidad, la dependencia de terceros, como es la situación de aquellos pacientes con enfermedades terminales. Frente a estas situaciones de vulnerabilidad, que atentan contra el concepto acuñado de la dignidad conjunto a la calidad de vida, se vuelve necesario rescatar el proceso de muerte, mediante el uso de la eutanasia o el suicidio asistido. Esto se fundamenta con el deseo propio del paciente de mantener el control de sí mismo y la propia dignidad en los últimos días de vida. Ahora, en cuento a la concepción social de la eutanasia, esta se ve arremetida, debido a que los medios de comunicación, logran a través de sus reportajes y/o noticias, sobre eutanasia, crean un rechazo colectivo a la muerte.

Sin embargo, la muerte digna es la única solución para poner término a la permanente indignidad que sufren aquellos pacientes terminales. El derecho a morir con dignidad se entiende, según la conepcion por-eutanasia, como un derecho que garantiza la posibilidad de vivir y morir con la inherente dignidad humana, y se defiende como un recurso para liberarse al agonía de vivir en un estado de miseria emocional o psicológica.


Según lo que relata el paciente, que reúne: el profundo deterioro de su estado de salud, su afectación emocional y psicológica, su sufrimiento mental y físico, la pérdida de su independencia y autonomía, al estar dependiendo de otros, para subsistir. Sumado a esto expresa que su calidad de vida se ha vuelto "deplorable", y siente que va hacia un "fin irrevocable". El conjunto de estos relatos, dolencias y afectaciones que sufre el paciente nos hacen darnos cuenta que su calidad de vida está bajo el nivel aceptable, y por lo tanto su dignidad se ve coartada. El paciente perdió su humanidad, al perder su dignidad intrínseca, que está acuñada al concepto de calidad de vida. Sumado a esto, el paciente Antonio Ramírez, en conjunto con su médico geriatra, aportan antecedentes contundentes que defienden la claridad del paciente frente a su decisión, argumentando que el paciente no posee deterioro cognitivo, por lo que es apto para tomar sus propias decisiones. Esto va de la mano con el concepto de autonomía, y con la posibilidad de otorgar independencia a aquel paciente vulnerable por sus dolencias.


4. Deberes: ¿cuáles son los cursos extremos planteables?


La exploración de cursos extremos, en situaciones avanzadas, es un tema complejo y sensible. En algunos casos, cuando otros enfoques médicos y de cuidados paliativos ya no proporcionan alivio suficiente, se pueden considerar opciones más radicales. Sin embargo, es fundamental comprender las implicaciones éticas, legales y personales de cada opción. Lo recomendable siempre en estas situaciones es buscar asesoramiento médico y legal para tomar decisiones informadas que a la vez sean respetuosas con los valores del paciente.

En situaciones avanzadas algunos de los cursos extremos que podrían ser considerados incluyen:


Cuidados paliativos intensivos: Si los síntomas y el sufrimiento son difíciles de controlar con los cuidados paliativos convencionales, se podría explorar la opción de recibir cuidados paliativos intensivos. Esto implicaría un enfoque más agresivo para el manejo de los síntomas, con el objetivo de proporcionar alivio máximo y mejorar la calidad de vida. De esta manera los cuidados paliativos intensivos cumplirían la función de preservar la dignidad del paciente, evitando el sufrimiento y proporcionar un tratamiento más compasivo y llevadero.

Sedación paliativa: En casos de sufrimiento extremo e intratable, se puede considerar la sedación paliativa. Esto implica la administración de medicamentos para inducir un estado de sueño profundo y aliviar el sufrimiento físico a la vez que el malestar emocional del paciente. La sedación paliativa se realiza bajo la supervisión y cuidado médico adecuados.

La sedación paliativa actúa generando una disminución deliberada del nivel de consciencia del enfermo, debido a esto siempre se debe hacer en dosis adecuadas y en situaciones en que sea realmente necesario desde un punto de vista ético-médico.


Retiro de tratamientos médicos: En algunos casos, cuando los tratamientos ya no ofrecen beneficios significativos y solo prolongan la vida sin mejorar la calidad de la misma, se puede optar por retirar o no iniciar tratamientos médicos invasivos o agresivos. Esto podría incluir la suspensión de tratamientos como la quimioterapia, la radioterapia o la cirugía.


Eutanasia o suicidio asistido: La eutanasia plantea conflictos éticos y médicos debido a su naturaleza controvertida y delicada. La consideración de poner fin a la vida de una persona de manera intencional genera muchas preguntas sobre la calidad de vida, el sufrimiento y la autonomía del paciente.

La eutanasia también genera conflicto en temas legales, debido a que existen países en donde la eutanasia como tal no es aplicable dentro del ámbito de la legalidad debido a que existen leyes que se oponen a ella priorizando la vida del paciente independiente de la situación.


5. Deberes: ¿cuáles son los cursos intermedios que se podrían proponer?


Hay varios cursos intermedios que se pueden proponer, en primer lugar está la evaluación exhaustiva, solicitando una evaluación médica y psicológica completa sobre el paciente para así poder obtener un análisis completo del estado físico y mental en el que se encuentra. Así se podría determinar si existe otra opción, como tratamientos adicionales u otras alternativas que permitan mejorar su calidad de vida.

Luego está la consulta con un equipo interdisciplinario, refiriéndose a convocar un equipo médico completo, de atención multidisciplinaria, para discutir y evaluar el caso particular de Antonio Ramirez. Incluyendo, específicamente un oncólogo, conjunto a personas especializadas en cuidados paliativos, psicólogos y un experto en ética médica. Cada persona aportaría conocimiento y experiencias, proporcionando distintas perspectivas del caso y opciones de tratamiento.

Por último, es trascendental involucrar a la familia y seres queridos, ya que estos pueden establecer un punto importante en la decisión del paciente, además se les debe ofrecer apoyo y orientación para comprender la situación que está sucediendo, explicar las opciones disponibles y las implicaciones éticas y emocionales del caso.

6. Deberes: ¿cuál es el curso de acción óptimo que podría proponer el CEA?


Es fundamental cerciorarse de que el paciente se encuentre informado de todas las opciones de tratamiento a las que se podría someter, por lo que primero se debiese hacer una evaluación para un posterior tratamiento a su dolor y sufrimiento, en torno a cuidados paliativos, los que se centran en anticipar, prevenir y tratar el sufrimiento tratando las necesidades físicas, intelectuales, emocionales, sociales y espirituales. Adicional a esto, se debe implementar un tratamiento de apoyo psicológico y emocional.

Por otra parte, se debe afianzar la relación de confianza que se establece entre el equipo médico y el paciente, Antonio Ramirez, que le permita solucionar cualquier duda o preocupación en torno a su atención médica, pues finalmente tanto el equipo médico como el paciente deben estar alineados para conformar un tratamiento adecuado en el eje ético-profesional.

Paralelamente, se debe respetar la solicitud del paciente, indagando sobre las acciones legales pertinentes, tales como una declaración anticipada de voluntad, el testamento vital o la legislación sobre la muerte asistida. Esto último considerando que se definió la salud cognitiva y la capacidad emocional y racional del paciente.

Como última instancia, el paciente deberá ser libre de decidir sobre el curso de su tratamiento en base a sus valores y preferencias, mientras que el CEA y el equipo médico trabajan en conjunto para facilitar el monitoreo del cumplimiento de los derechos del paciente y que sus preocupaciones sean abordadas con integridad.


7. El curso de acción propuesto ¿responde a las pruebas de publicidad y legalidad? Explique

El curso de acción propuesto se basa en principios éticos y en la consideración del bienestar del paciente, respetando su autonomía y dignidad.

Esta propuesta se enfoca principalmente en la implementación de cuidados paliativos para poder abordar el dolor y sufrimiento de Antonio, además de las implicaciones emocionales que conlleva la situación. Se destaca la importancia de establecer una relación de confianza entre el equipo médico y el paciente, informando todos los pasos que se llevan a cabo durante su tratamiento.

En cuanto a las pruebas de publicidad y legalidad, asumiendo que el caso se lleva a cabo en Chile, hay regulaciones vigentes sobre el tema de cuidados paliativos y la muerte asistida, específicamente no existe una ley que permite llevar a cabo alguna de estas.


Según la Ley Nº20.584, establece los derechos y deberes de los pacientes, y garantiza el respeto a la autonomía de las personas en materia de atención de salud, en este contexto, lo propuesto sobre la evaluación exhaustiva del paciente, la comunicación abierta y el apoyo psicológico y emocional, es acorde con la legislación y ética médica en Chile. Estos enfoques se centran en brindar apoyo integral y respetar la autonomía del paciente.


En cuanto a la solicitud específica de de Antonio, de acceder a la muerte asistida, sería ilegal en nuestro país, pues actualmente la ley que legaliza la eutanasia sigue siendo un proyecto. Sin embargo en la cuenta pública del pasado año 2022, el presidente Gabriel Boric declaró que el gobierno se encuentra comprometido con el derecho a los cuidados paliativos y a una muerte digna, mientras se pone en urgencia el desarrollo del proyecto de ley.


El CEA, tendría que abordar esta situación implicando solo los cuidados paliativos, buscando aliviar el sufrimiento del paciente y mejorar su calidad de vida dentro del margen legal existente en la actualidad.


8. ¿El curso de acción propuesto por el CEA es vinculante para el/la médico/a tratante? ¿Por qué?


El curso de acción propuesto por el CEA no es necesariamente vinculante para el médico tratante en sí mismo. Sin embargo, la recomendación y decisión del CEA lleva consigo un peso ético y moral significativo, y el altamente influyente en la toma de decisiones médicas.


El CEA está compuesto por expertos en ética médica y su función principal es brindar orientación ética y asesoramiento en situaciones clínicas complejas. Su objetivo es evaluar las cuestiones éticas planteadas por los pacientes y profesionales de la salud, y proporcionar recomendaciones basadas en los principios éticos y los valores aceptados en el ámbito de la atención médica.


Si el CEA ha evaluado la solicitud de Antonio Ramírez y ha llegado a una recomendación o decisión específica, es probable que se tome muy en cuenta por parte del médico tratante. Los profesionales de la salud tienden a tener en alta estima las opiniones y recomendaciones de los comités de ética, ya que son reconocidos como expertos en la materia y sus decisiones están respaldadas por un análisis ético exhaustivo.


Sin embargo, la decisión final sobre el curso de acción a seguir recae en el médico tratante, quien debe considerar no solo las recomendaciones del CEA, sino también otros factores relevantes, como la legislación aplicable, las políticas del hospital y las normas éticas profesionales. En última instancia, el médico tiene la responsabilidad de tomar una decisión informada y ética basada en el mejor interés del paciente y los principios de la práctica médica,




¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar
Utilizamos cookies para permitir un correcto funcionamiento y seguro en nuestra página web, y para ofrecer la mejor experiencia posible al usuario.

Configuración avanzada

Puedes personalizar tus preferencias de cookies aquí. Habilita o deshabilita las siguientes categorías y guarda tu selección.